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viernes, 9 de junio de 2017

Cha-cha-cha- cha- changes





Lo único que no puedes evitar en la vida, es precisamente eso, que estamos en constante cambio.

 Luego de aquella carta escrita para mi (nunca me había escrito algo a mi misma), salvo aquel diario que tenia en mis años “mozos”, es decir de adolescente.

Obvio que han habido muchos cambios de allá para acá, muchos años de experiencias, amores, mudanzas, de país, casa, trabajo etc.

Pero de aquella carta escrita en Febrero de este año al día de hoy, Junio 9th, han pasado solo meses, pero me siento como si hubiesen pasado años o vidas, en pocos meses he aprendido de mi, creo que como nunca antes. He tenido varios momentos de “iluminación” que quizás muchas veces no comparto o lo grito a los cuatro vientos, pero creo mucho mas en las acciones.

Recientemente comencé un detox vegano, toda mi vida he comido proteína animal, las carnes rojas si las había dejado hace algún tiempo, solo estaba comiendo pollo, pavo y pescado de vez en cuando. He aumentado de peso estos últimos años, toda mi vida he luchado con el, como le pasa a muchísima gente, básicamente por tener una relación toxica con la comida, la cual estoy poco a poco tratando de sanar.

Antes de este detox estaba en otro proceso de pérdida de peso muy diferente, el cual realicé por 26 días, allí si consumía proteína animal, pero por alguna razón, comencé a sentir rechazo por el pollo etc, así que decidí cambiar de rumbo, comencé a informarme, leyendo, viendo documentales y tome la decisión de comenzar este nuevo “viaje” al veganismo, solo llevo 5 días en el, pero debo reconocer que me siento fantástica, he perdido varias libras ya, me he sentido satisfecha, no siento los típicos “antojos” ni hambre.

Con este cambio espero comenzar a sanar mi relación con la comida, estaba acostumbrada a comer y no a alimentarme, muchas veces comía por comer, o comía por gula, adicta a los snacks o chucherías como le decimos en Venezuela, con este “despertar” de consciencia que viene evidentemente de un quererme mas a mi misma, renace quizás una nueva yo, o una Paola repotenciada.

Muchas otras cosas me trajeron hasta acá, el termino de una relación, por ejemplo, que pensé pues iba a ser mas duradera, también me hizo ver y reconocer ciertas otras “malas mañas” que debo cambiar y si así suene a cliché, pues todo comienza con uno mismo.

Ha sido un tiempo maravilloso de mucho “conversar con uno mismo”, sincerarse, meditar, volver a los amores de siempre, en mi caso, el buen cine y la música y a ver si recupero este, el de volver a escribir mas a menudo.

Es un camino largo y el proceso, en este caso especifico, de la buena alimentación va solo comenzando, pero va con buen pie y con la frente en alto.


Paola Iragorry

Junio 9, 2017

Carta a Paola






Estos días he estado muy vulnerable, quizás sea algo muy bueno, así espero, he pensado en tantas cosas, pero sobretodo en mis relaciones, conmigo misma y con los demás, no paro de llorar, quizás este sea un momento de auto-realización como le llaman, no lo se, no soy experta en la materia.

Para una mujer como yo que creció en una familia cariñosa pero con unos padres poco expresivos, porque a ellos tampoco nadie les enseñó, solo siento compasión por ellos, no los culpo, ya esta etapa la queme hace muchos años, o así lo creía, no crecí llena de expresiones de amor o piropos, aunque los merecía, todos nos los merecemos, crecí mas bien bajo una disciplina, con el único propósito de estudiar y ser alguien en la vida, como que si un diploma fuera a arreglar todos mis problemas, que ingenuidad no?

Hice todo lo que se esperaba de mi, estudie, me gradué y que? Pues me tuve que ir, aparentemente mi diploma no resultó ser tan efectivo. Lejos de la familia y mis afectos, se me fueron presentando otros retos, y no precisamente laborales, aunque los hubo por supuesto, mas bien retos de vida, de relaciones, del alma, de esos que ni un diploma, ni una universidad, ni un colegio te prepara, allí estaba yo, indefensa sin saber que responder o como actuar porque nunca asistí a esa clase, todo lo que aprendí, lo hice a través de libros, estudios que otros científicos o intelectuales habían hecho, todo se podía medir o comprobar, había una formula donde siempre te daba el resultado exacto, formulas que podías copiar en una chuleta y aprenderlas de memoria.

A medida que pasaron los años , los retos se fueron complicando, la vida se pone mas ruda, y es una mezcla agridulce que te levanta con aspavientos y que luego te adormece en un segundo.  Risas y lagrimas, muchas de ellas procuradas por otros, pero no por ti.

Como es posible que no creas ser merecedora de ellas? No me las procuro yo misma, solo espero que alguien lo haga por mi, no se hacerlo, nadie me enseñó, pues debo aprenderlo sola.

No te culpes por no saber como hacerlo, tranquila, lo haz hecho bien, no te apures, hazlo con calma, aquí no existen formulas ni montos exactos. Ten paciencia y siente, allí esta, tu también lo tienes y lo mereces.

Se compasiva, perdónate, pero sobretodo, cree y lo digo en serio CREE en merecerlo todo, mereces el amor, la dulzura de unas palabras dichas en el preciso momento, mereces los besos dados en un momento inoportuno, mereces los pensamientos de un extraño en Tokio, mereces las risas de un vecino gruñón, mereces que el mundo se ponga  a tus pies, mereces que te hagan el amor como si mañana estallara una tercera guerra mundial, mereces las caricias de un buen amante, mereces las risas en una primera cita, mereces las flores y los chocolates de un admirador secreto, mereces los gestos compasivos de un buen amigo, mereces el amor del que se cruce en tu camino.

Perdónate, perdona tu distancia, perdona tu orgullo mal llevado, perdona tus olvidos, perdona tu desamor, perdona aquel te amo nunca dicho, perdona esa noche que no quisiste hacerle el amor, perdona esa caricia que nunca llegaste a darle, perdona ese consejo que nunca llegó, perdona la llamada nunca hecha, perdona el abandono, perdona esa sonrisa que no devolviste, ten compasión, abrázate fuerte, llora como si no hubiese un mañana.

 Pero eso si, te pido que vuelvas, tómate el tiempo necesario, pero vuelve pronto, vuelve que te necesito, vuelve para reír a carcajadas o a llorar luego de ver una película, vuelve para amarte por completo, como lo mereces, vuelve para tomarnos un café como te gusta, vuelve para comernos tu dulce favorito, vuelve para caminar juntas, vuelve para escuchar esas canciones que te encantan pero sobretodo vuelve para cantar aquellas canciones de amor cuando te enamoras o aquellos boleros cuando el corazón está roto.

Aquí estoy,

Tu gran amor, Paola.

Carta escrita en Febrero 23, 2017